Tales of Kenzera™: ZAU

UBICACIONES

Enfréntate a las hermosas y traicioneras tierras de Kenzera y conoce mejor las ubicaciones que descubrirás durante tu viaje.

AMANDLA

Las vastas llanuras de Amandla son el hogar de Zau y están situadas en el extremo sur de Kenzera.

Antaño vivió aquí el pueblo amandlano, de gentes infatigables y robustas. Buscaban el placer en la simplicidad, y ponían la conexión espiritual por delante de cosas como el materialismo o la riqueza.

PATAKATIFU

El santuario de recuerdos y grandes leyendas; Patakatifu conforma el antiguo cruce de caminos que conecta las tierras de Kenzera.

Se construyó en honor de los grandes espíritus, y mucha gente visitaba el estanque ancestral para honrar el pasado, reflexionar sobre el presente y mirar hacia un futuro esperanzador.

LAS TIERRAS ALTAS DE IKAKARAMBA

Una tierra antaño bulliciosa y llena de vitalidad; las Tierras Altas fueron durante mucho tiempo el hogar del gran pueblo de Ikakaramba, cuna de almas valientes e innovadoras que se asentaban en exuberantes colinas y acantilados.

Ahora, la tierra yace vacía, y los espíritus vagan a sus anchas por un paraíso siempre verde, ahora perdido.

AMANI

Amani, una bulliciosa ciudad costera, es un centro cultural y geológico.

Se la conoce como «el lugar donde late el corazón del mundo» y es admirada por ser la cumbre de la tecnología, la innovación y el progreso. Es el lugar que Zuberi llama hogar.

LAS TIERRAS FORESTALES DE KIVULI

Las Tierras Forestales de Kivuli son tan densas como peligrosas. Inquietantes pantanos llenos de fango dan paso a una arboleda con una espesura claustrofóbica.

Vivir en estas tierras, como lo hizo el pueblo kivuliano, implicaba tener que aceptar una vida en la penumbra, pues todo está sumido en la oscuridad salvo por los puntos más altos de las copas de los árboles. Si algo es sabido en Kenzera es que no conviene adentrarse en las Tierras Forestales sin conocerlas bien.

LAS TIERRAS MUERTAS DE ITSHOKA

Las áridas e implacables Tierras Muertas de Itshoka son tan peligrosas como su nombre sugiere: un formidable volcán activo se alza sobre una gran extensión de hostilidad y violencia natural. Sin la preparación necesaria, es prácticamente imposible atravesar estas tierras.

Hirvientes fuentes termales estallan en columnas hasta el cielo, y más allá se encuentra un desierto repleto de las ruinas de una historia truncada. Todo ello rodea la gran montaña, que ruge y retumba sin cesar.

EL REINO DE LA MUERTE

Un lugar presente en nuestro interior y a nuestro alrededor. Todo el mundo debe ir allí algún día, sin importar cuánto tiempo nos lleve.

La última estación, o tal vez, como mucha gente cree en Kenzera, una parada más en el gran viaje de la existencia.

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