Cuando la mayoría de los mortales estamos echando una partida, no pensamos en cómo se usa el mando.

Sin embargo, para aficionados a juegos con discapacidades físicas, como Tom Clark, inclinar la barbilla un poco y pulsar los conmutadores pegados a su cabeza, pies y manos le permite apuntar en Battlefield 4 por primera vez en años.

Este apasionado de los videojuegos de 26 años sufre de atrofia muscular espinal (o AMS), un trastorno genético que afecta al control de los músculos y de las células motoras cerebrales de la espina dorsal, lo que dificulta acciones como andar, comer o respirar.

La enfermedad de Tom empeoró con el tiempo hasta el punto de impedirle seguir jugando con mandos tradicionales. Y para alguien como Tom, al que le encantaba jugar al FIFA con su hermano o sus amigos, resulta devastador.

Como mi movilidad se vio muy reducida, me resultaba frustrante,” comenta. “Cuando era más joven podía jugar.

Explora SpecialEffect, una organización sin ánimo de lucro con sede en Reino Unido dedicada a buscar soluciones para jugones con discapacidades físicas. Fundada en 2007 por el Dr. Mick Donegan, se esfuerza por hacer todo lo posible para mejorar la calidad de vida de sus clientes.

Las peticiones de ayuda van en aumento, y como organización sin ánimo de lucro que es, depende en gran medida de la generosidad de la industria de los videojuegos y de la comunidad de jugadores para poder satisfacer la demanda.

Tom se puso en contacto con SpecialEffect por primera vez en 2013. Fueron a verle a su casa para crear un dispositivo que integrara sus capacidades físicas específicas y sus juegos favoritos.

Los terapeutas ocupacionales y los expertos en tecnología de SpecialEffect equiparon a Tom con un joystick que puede controlar con la barbilla y un dispositivo de control por voz que le permitió volver a jugar de nuevo a sus juegos favoritos. Con su ayuda, Tom puede jugar por su cuenta a juegos como Battlefield 4 y FIFA 16.

Poder hacer lo que quiero y perderme haciendo lo que más me gusta me ha devuelto la vida,” comenta. La primera vez que jugué con mi hermano después de 15 o 16 años le di una paliza. Quedamos 6 o 7 - 0. Fue una proeza para mí,” dice Tom. “No puedo describir con palabras cómo SpecialEffect me ha cambiado la vida."

Ahora Tom usa un joystick montado en un mando de Xbox One equipado con una extensión termoplástica con una forma exclusiva que le facilita el manejo con el labio inferior. El mando está integrado en un brazo reforzado para que no se mueva durante las partidas, y funciona mediante un software llamado Xpadder, que convierte el movimiento del joystick en el movimiento del cursor de un ratón.

Tom usa comandos de control de voz para algunas de las teclas, tiene un pequeño conmutador en cada mano, otro que actúa como botón en la barbilla y otro más grande debajo del pie izquierdo.

Peter Moore, Directivo Jefe de Competición de EA, forma parte de la Junta de Vicepresidentes de SpecialEffect y es consciente de cómo esta organización ha ayudado a amantes de los videojuegos como Tom en todo el mundo.

“Es un honor formar parte de una organización como SpecialEffect que tiene un impacto tan palpable en gente como Tom, seguidor del Liverpool que he tenido la suerte de conocer a través de Special Effect, y muchos otros que ahora pueden disfrutar de lo que más les gusta gracias a ellos,” comenta Peter. “Todo el mundo se merece la oportunidad de jugar, y SpecialEffect me inspira continuamente por el trabajo que hacen por nuestra comunidad.”

SpecialEffect es una de las cinco organizaciones benéficas que participan en el programa Play to Give de EA PLAY. Visita SpecialEffect para aprender más sobre el gran trabajo que hacen para jugadores de todo el mundo.

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