Muchos kemono exhiben un comportamiento idiosincrático, pero el del koganebari, o puercoespirita, añade un giro gracioso. Su cuerpo está cubierto de espinas protectoras excepcionalmente duras, pero cuando detecta a su presa, las expulsa como proyectiles para incapacitar a su objetivo. Sin embargo, a veces se pasa de la raya y se queda sin espinas, lo que hace que entre en pánico y corra desesperado con la piel desnuda.

Debes predecir cuando el puercoespirita va a disparar sus espinas para poder evadirlas o cubrirte tras escudos karakuri. El kemono necesita tiempo para recargar sus espinas; cuando veas esto, es tu oportunidad de atacar. Ten cuidado si está enfurecido, porque puede regenerar espinas más rápido y tendrás que idear una nueva estrategia.